En las primeras encuestas sobre los candidatos para la Alcaldía de Lima, a ponerse en juego el próximo 2 de octubre en las elecciones municipales y regionales, aparecía el exburgomaestre Ricardo Belmont como la carta del partido Perú Libre (PL). No era para menos: el popular ‘Hermanón’ postuló por Perú Libertario, ahora PL, de la mano de su buen amigo, el sentenciado por corrupción Vladimir Cerrón. Por esa razón, se estimaba que pudiera repetir el plato bajo las banderas de la agrupación del lápiz. Sin embargo, esto no será así. Finalmente, el elegido para la capital es Yuri Castro Romero.
El 3 de abril último, Castro se impuso a la excandidata al Congreso Zaira Arias. Su triunfo era previsible. A fines del año pasado, este docente de profesión lanzó su precandidatura a Lima. De ahí comenzó a visitar las bases distritales para recoger apoyo. Por esa razón, se estimaba que sería el único a presentarse en la elección interna, pero repentinamente apareció Arias para hacerle competencia. Ella ejerce, actualmente, la secretaría de la base de PL en el distrito de Villa El Salvador. Además, en paralelo, conduce su programa ‘La Zairita’ por Nacional TV, cuya plataforma le dio más exposición y le animó a medirse con Castro por la candidatura, la cual no logró obtener.
Castro es natural de Trujillo. Allí nació en 1979. Es hijo del ex senador izquierdista Ángel Castro Lavarelle y de él heredó las ideas socialistas. A su padre lo recuerda cada vez que forma parte de alguna escuela de formación política de PL.
“Mi padre fue el peruano que más veces se entrevistó con el presidente Kim Il-Sung en vida. Nueve veces. En esa época, en los años 70, mi padre era senador de la República y el modelo norcoreano era un modelo novedoso”, dijo Castro en una ponencia para hablar sobre el dictador norcoreano que gobernó dicho país bajo un modelo comunista desde 1948 hasta 1994, año en que fue reemplazado por Kim Jon Un.

Pero no solo la admiración coreana se encuentra en el pasado de Castro. En noviembre del 2008 fue interrogado junto a su hermano, Fidel Castro Romero, por la Comisión Investigadora sobre la constitución, funcionamiento, organización, financiamiento y otras actividades de las denominadas Casas de la Alternativa Bolivariana para las Américas (ALBA), cuya presidencia estaba a cargo del entonces congresista Walter Menchola. A los dos se les había invitado porque eran directivos de la Casa de la Amistad Peruano-Cubano de Barrios Altos. En esa oportunidad, los hermanos Castro informaron que su función era cultural y de solidaridad con Cuba en relación con el bloqueo impuesto por los Estados Unidos.
Además, indicaron que no recibían recursos de ningún país para participar en protestas procubanas en Lima. Adicionalmente, frente a las interrogantes acerca del tipo de organización, función y posible relación con las Casas del ALBA, negaron todo nexo con Venezuela y, por el contrario, revelaron que cada casa de amistad peruano-cubana era autónoma y de libre constitución, y que solo se limitaban a dar cuenta de su instalación a la embajada cubana en nuestro país.

CON EL LÁPIZ
Según Infogob, Castro se afilió a PL el 9 de octubre del 2017. Una vez dentro, este personaje no perdió tiempo para posicionarse cerca a Vladimir Cerrón. Y vaya que consiguió su objetivo: comenzó difundir la imagen de la agrupación del lápiz para las elecciones municipales y regionales del 3 de octubre del 2018. Por aquella época, Perú Libertario, antes de que sea Perú Libre, era totalmente desconocido para gran parte de la capital. Recién cuando se oficializó que Ricardo Belmont era su candidato, cambió el panorama y comenzaron a ser más visibles.
Por su labor de posicionar al partido, Castro fue premiado con una candidatura a regidor con el número 7 para la Municipalidad de Lima. Luego, como ya se sabe, hubo el descalabro del ‘Hermanón’ por sus frases machistas y xenofóbicas que le costaron la campaña.

Pero Castro continuó con su carrera política. En las elecciones complementarias del 2020 se presentó como candidato al Congreso. Según el registro de datos de la Oficina Nacional de Procesos Electorales (ONPE), tan solo consiguió 1746 votos. Perú Libre obtuvo 2.066 %, en Lima y se ubicó en el puesto 16. Para las elecciones generales del año pasado, Castro ya no apuntó a una curul sino al Parlamento Andino. Una vez más, no tuvo éxito. No obstante, cosechó más votos: 34 887 electores le dieron su respaldo.
En las últimas semanas, Castro acompaña en su calidad de secretario en la capital a Vladimir Cerrón en las llamadas Escuelas Políticas por varios distritos de Lima. Esto con el fin de que Perú Libre mejore su posicionamiento en una plaza tan difícil por el evidente rechazo a la gestión de Castillo.
NEXO CON CASTILLO
En paralelo con su postulación al Parlamento Andino, Castro también cumplía otras funciones que le eran encomendadas por la alta dirección de Perú Libre. En concreto, nos referimos a ser el promotor de la candidatura presidencial de Pedro Castillo en Lima. Con el profesor, nos dice una fuente cercana al partido, entabló una buena amistad que luego se trasladaría a las cabinas de una emisora en el 990 de la Amplitud Modular (AM). Nos referimos a Radio Latina, donde fundaron el programa ‘Palabra de Maestro’. En este espacio, Castro y Castillo difundían las ideas del programa de gobierno escrito por Cerrón. Ambos eran acompañados por Braulio Grajeda, quien era el tercer conductor. Este tridente se presentaba de lunes a viernes en el horario de seis a ocho de la noche. Interactuaban, tenían invitados y abrían los micrófonos a la audiencia para recoger sus impresiones.
Fuera de las cabinas radiales, de otro lado, Castro formaba parte del Comando P. Tal como lo informó CARETAS en julio pasado, este grupo estaba conformado por politólogos ligados al sentenciado Vladimir Cerrón. También eran cercanos comunicadores y coordinadores de actividades proselitistas a nivel nacional. En el primer grupo se ubicaba Castro, quien compartía funciones con Franco Pomalaya, el ex community manager de las redes sociales del presidente Pedro Castillo, y uno de los sobrinos fugados, Gianmarco Castillo.

Durante la segunda vuelta, Castro cumplió un rol clave. Se encargó de ser una especie de coordinador de campaña adjunto a Richard Rojas. Antes de que el actual jefe de Estado llegara a alguna región del interior del país, Castro hacía lo propio primero para finiquitar detalles con el fin de que el recibimiento a Castillo fuese apoteósico. Invocaba a las bases a que muevan a la militancia para llenar los mítines del presidente, quien con su discurso contestario comenzó a endulzar a los ciudadanos de las clases más pobres del país.
En el periodo en que el Jurado Nacional de Elecciones (JNE) celebró audiencias para resolver las tachas presentadas por Fuerza Popular contra las mesas de sufragio de zonas rurales que le fueron favorables al presidente Castillo, Castro también jugó su partido aparte. Una fuente cercana a PL nos indicó que coordinó para que las bases del lápiz vinieran a Lima a cuidar los votos. Además, llamó a organizaciones sociales como los ronderos, profesores y agricultores para que también se hicieran presentes en la capital. Cuando un reportero iba a cubrir la vigilia eterna de los lápices en el frontis del JNE, se observaba siempre a Castro a la cabeza.
Lo mismo se ha repetido en las manifestaciones a favor del gobierno de Castillo en estos ocho meses. Hay algunos ejemplos: cuando el Gabinete de Guido Bellido fue al Parlamento a pedir el voto de confianza, en los dos intentos de la oposición de impulsar la vacancia contra el presidente Castillo, y en la última presentación del Gabinete de Aníbal Torres. Castro trasladó esa función de estar en la calle izando las banderas de Perú Libre a los sets de televisión. El canal Nacional TV, cuyo propietario es el abogado Luis Alfonso Morey, lo cobijó para que tuviera su programa propio llamado Plaza Libre de lunes a viernes de 10 a 11 de la noche. Allí también defiende las medidas del Ejecutivo y entrevista a exministros y congresistas de Perú Libre.

Otra fuente de Perú Libre nos indicó que Castro tenía un nexo muy estrecho con el presidente Castillo. Y es que sería el profesor particular de su hijo mayor Arnold, quien se prepara para postular a una universidad nacional. En un audio alcanzado a CARETAS, el flamante candidato a la Alcaldía de Lima por la agrupación del lápiz dice lo siguiente:
“Yo estoy en mi oficina a partir de las 10 de la mañana hasta la una todos los días, excepto los días miércoles que voy a Palacio a dictarle al hijo del profesor”. Según el portal de Transparencia, Castro registra tan solo cuatro visitas a Palacio de Gobierno. Todas fueron en el mes de agosto pasado.
El 23 de agosto la realizó a Giuliana Roncalla, entre las 8:25 hasta las 11:57 de la noche, en la Casa Militar. El motivo: visita a residencia. Por su parte, un día después, Castro volvió entre las 00:54 y 1:28 de la mañana. Esta vez con otro asunto: familiar del presidente de la República. El 25 de agosto asistió de manera particular a la residencia desde las 9:20 hasta las 11:56 de la noche. Su cuarta vez y último registro fue al día siguiente para visitar a un familiar de Pedro Castillo desde las 00:01 hasta la 01:38 de la mañana.
La pregunta es: si Yuri Castro va a Palacio a dictar clases particulares, ¿por qué no hay registro de sus visitas? CARETAS le hizo la consulta al candidato de Perú Libre a la Alcaldía de Lima por WhatsApp. Nos indicó que, efectivamente, fue el profesor del hijo mayor del presidente Castillo hasta diciembre pasado. Cuando se le interrogó por qué su nombre no aparece en el registro de visitas, nos señaló lo siguiente: “No sabría decirle. Me dieron un pase para así poder ingresar cuando me toque dictar”. Le repreguntamos quién le dio el pase, nos dijo que fue un miembro de Seguridad de Palacio. Con esto se habría vulnerado de manera sutil la Ley de Transparencia y Acceso a la Información Pública al no registrarse a un visitante a la Casa de Pizarro.