A puño limpio y decididos a todo, los residentes chumbivilcanos en la ciudad del Cusco liman asperezas en un ruedo armado en el barrio del mamelón de San Tutis, en el distrito de San Sebastián.
CARETAS, llegó hasta esta parte de la ciudad imperial para conocer como llevan a cabo esta costumbre de la provincia de Chumbivilcas, los residentes de esta jurisdicción cusqueña durante la bajada de reyes (ocho de enero de cada año).
La convivencia pacífica y la armonía que se vive durante la navidad se trastoca con esta práctica cusqueña que busca resolver sus diferencias en combates pactados a puñetes y patadas. Esta tradición llevada a cabo también en Apurímac, Huancavelica y Arequipa se le llama “Takanakuy” es protagonizada por varones y en menor participación por mujeres (las reglas ya lo van impidiendo).
Takanakuy es una palabra quechua conformada por los vocablos Taka que en castellano significa “golpear con los puños”, y nakuy traducido como “hacerse mutuamente algo”.
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El inicio de esta violenta solución de desavenencias se remontaría, según los entendidos, a la época colonial, cuando algunos conquistadores españoles organizaban, justo para el 25 de diciembre, enfrentamientos entre sus vasallos como si se tratara de una pelea de gallos, costumbre traída a América también por ellos.

Al lograr la independencia, dicha costumbre no desapareció, sino que se unió con la Huaylía, una tradición cultural mestiza de raíces ancestrales que se expresa en música, cantos y danzas que representan el espíritu alegre pero también combativo de los pueblos indígenas.
De esta manera, el Takanakuy se convirtió en una expresión cultural muy arraigada hasta nuestros días en provincias como Chumbivilcas (Cusco), Antabamba (Apurímac), Huancavelica y Arequipa, donde cada 25 de diciembre se organizan lances a golpe de puños y patadas entre hombres generalmente jóvenes y adultos, que desean resolver ese mismo día algún reclamo o conflicto de interés personal o familiar ocurrido durante el año en curso.
Los motivos de los enfrentamientos son diversos y van desde el ámbito del desagravio del honor, personal, familiar, apropiación indebida de terrenos u otros bienes en disputa, deuda no pagada, entre otros.

El objetivo del Takanakuy es que la controversia se zanje definitivamente al término de la gresca y se conceda la razón y el derecho a quien se declare ganador. En la mayoría de casos el combate culmina con un abrazo entre los contrincantes, como ocurre con las peleas de box o de las artes marciales.
La celebración del Takanakuy ha reunido a los residentes chumbivilcanos en la ciudad del Cusco y previo a los combates, que son generalmente hasta ocho, se danza y canta la Huaylía. Al término de la jornada de luchas toda la población presente degusta comida típica y brindan con bebidas alcohólicas.

Reglas de combate
El Takanakuy o “Club de la pelea andino” tiene reglas bien definidas. La primera es que es voluntario y nadie está obligado a trenzarse a golpes si antes no acepta el desafío de quien lo invoca a pelear. Sin embargo, quien es retado y no desea o no está en condiciones de combatir, puede ser representado por un pariente o amigo que quiera defender su honor. En este caso, si el retador también puede designar a un representante.
Los combates, desarrollados con presencia de público en plazas de toros, plazas de armas u otros espacios determinados por los organizadores, son entre dos personas del mismo género y de edades similares. También se trata que los contrincantes tengan una contextura física parecida para que no exista una posible ventaja de fuerza.
La pelea no supera los tres minutos y solo está permitido el uso de puños y patadas. Golpear en cualquier otra parte del cuerpo, como la cabeza, así como el ataque por la espalda o cuando el o la combatiente cae al piso, lanzarse sobre el oponente o sujetarse de sus brazos o cuerpo para impedir los golpes están terminantemente prohibidos y descalifican al contrincante que lo haga.
Vestimenta
Quienes respetan estrictamente la tradición se colocan coloridas máscaras confeccionadas de lana y con diseños que representan a la comunidad de origen. Asimismo, portan tocados hechos con animales disecados como zorros, venados y aves de la zona andina. También pueden usar sombreros, gorras y chullos, así como cinturones y bufandas tejidas.

La mayoría, en la actualidad, no utiliza vestimenta tradicional y pelean a cara y cabeza descubiertas, y pueden usar guantes de lana, cuero o de material sintético, a excepción de los guantes de box o de las artes marciales mixtas.
Si bien los contrincantes pueden usar botas, estas no deben tener espuelas u otro aditamento metálico que pueda ser una ventaja y causar daños graves en el o la oponente.
Seguridad a cargo de las rondas
La seguridad y el orden público durante el desarrollo del Takanakuy está a cargo, generalmente, de las rondas campesinas, cuyos integrantes están provistos de correas de cuero y chicotes que utilizan cuando se infringen las reglas de combate y/o cuando se produce algún descontrol entre el público asistente, como la eventual invasión de la zona de lucha o la agresión a alguno de los o las combatientes.
