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«No tengo miedo al virus, sino al hambre»: ollas comunes y la sobrevivencia en pandemia

CARETAS recoge los testimonios de las líderes que evidencian la falta de transparencia en el apoyo alimentario a las ollas comunes que cumplen un rol fundamental para evitar que miles se queden sin alimentos.

viernes 02 de abril del 2021
en Nacional
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Las ollas comunes siguen en constante lucha de subsistir frente a los problemas alimentarios y falta de apoyo por las autoridades nacionales (Foto: CARETAS/Ernesto Astonitas)

En la zona alta de Villa María del Triunfo, lejos de lo urbano, existe un pequeño grupo de mujeres que, durante las 24 horas del día, hacen lo posible para apoyar a las familias que después de un año de pandemia se encuentran en una constante angustia. Ellas se llaman ‘Las emprendedoras de 12 de Junio’ y dirigen la olla común que alimenta a cientos de familias y reconocen que no solo deben velar por el alimento diario sino también de brindarle acceso a la educación a todos los niños y niñas de la zona. Incluyendo, a los que tienen habilidad especiales. El único propósito es que sus familias sientan un alivio.

Rosa Elena Chávez Rojas, presidenta de esta olla común, explica que las autoridades -tanto organizaciones centrales como locales-, no las han ayudado y que a lo largo de la cruda pandemia han logrado sobrevivir por su propio mérito. Aquí, todos los días se prende el fogón para cocinar. «No tengo miedo al virus», admite Rosa mientras observa como juegan los niños y continúo: «Si le tengo miedo me voy a enfermar de verdad. Si me enfermo, ¿Qué sería de todas mis mamitas? Yo soy la cabecilla del grupo ¿Qué sería de nosotras si nos pasa algo?». Es esa la pregunta que retumba a cada hora, a cada día.

Local de la olla común, arriba en los cerros altos de V.M.T. Al centro, Rosa Chávez yendo directo a la pequeña casa solidaria de la municipalidad para comenzar las actividades. (FOTO: CARETAS/Ernesto Astonitas)

¿Y EL APOYO?

En junio del 2020, a pocos meses del inició de la pandemia y del confinamiento obligatorio, el Ministerio de Salud (MINSA) emitió la Resolución Ministerial N° 383-2020-MINSA donde aprobó el Documento Técnico: Orientación sobre Condiciones Sanitarias Mínimas para Preparar Alimentos en “Olla Común” en Situaciones de Emergencia Sanitaria, a fin de garantizar una alimentación segura.

Los problemas de gestión no se hicieron esperar. Las municipalidades y el Ministerio de Desarrollo e Inclusión Social (MIDIS) evidenciaron seria falencias para recibir y estructurar los padrones de ollas comunes. «Las ollas comunes enfrentan muchas dificultades para cumplir con su objetivo de alimentar a sus familias y la comunidad. Como, por ejemplo, no contar con el servicio de agua por red pública, siendo que el 4.8% de la población en Lima carece de este servicio, así como el 4.7% no cuenta con sistemas adecuados de eliminación de excretas, según datos del INEI», detalló un comunicado de la Mesa de Concentración para la Lucha Contra la Pobreza (MCLP).

Hoy Lima Metropolitana tiene registrada a 900 ollas comunes. Fortunata Palomino, presidente de la Red de Ollas Comunes, cuenta a CARETAS que su preocupación por la falta de presupuesto establecido a este sector. «Dice (MIDIS) que hay un presupuesto de 21 millones de soles, luego 35 millones y el 10% asignado a ollas comunes y comedores populares, pero todavía no llegan en físico», explica.

«Estoy orgullosa porque jamás vengo con las manos vacías. Arroz, menestra, algo traigo para los niños y abuelitos, siempre con una sonrisita» declara Rosa Elena Chávez (FOTO: CARETAS/Ernesto Astonitas)

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A finales de enero del 2021 -cuando se regresó a cuarentena- el Gobierno comenzó a brindar apoyo alimentario mediante la Resolución Ministerial N° 013-2021-MIDIS que reconoce a las ollas comunes como organizaciones sociales de base y se les asignó un presupuesto temporal mientras dure la emergencia junto al programa QaliWarma. Esto, según la presidenta, es ineficiente.  

Mujeres guerreras combatiendo el hambre (FOTO: Manos a la Olla)

Crisis alimentaria

«No tenemos apoyo y estas ollitas comunes sufren todos los días», cuenta Rosa Elena en Villa María del Triunfo y cuenta que van al mercado de Santa Anita o al mercado Unicachi, buscando de alguna manera comida o víveres, «porque realmente no nos llega la ayuda».

En el panorama también aparece una organización sin fines de lucro: Juntos Será Posible (JSP), que en principio tuvo como objetivo brindar educación a los niños de este lugar mediante talleres. Al conocer la necesidad de la comunidad, el grupo de voluntarios gestionó el apoyo mediante víveres. Lisseth Flores, presidenta y fundadora de JSP, asegura que la motivación es apoyar con lo que se pueda. «Es cuestión de iniciativa y pasión por saber lo que quieres hacer», remarca.

La olla común junto a la ONG Juntos será Posible realiza actividades para los niños (FOTO: CARETAS/Ernesto Astonitas)

Ni la estrategia Hambre Cero decretada por el MIDIS fue benefactora para las ollas comunes. El propio programa Qali Warma también se ve involucrado en este asunto. CARETAS se contactó con la vocera del colectivo Manos a la Olla, Gianina Melendez, quienes mediante un comunicado oficial -anunciado el 27 de marzo- se pronunciaron por la falta de distribución alimentaria a las ollas comunes. «Hasta el día de hoy Qali Warma no está cumpliendo de manera oportuna, transparente e informada la distribución de alimentos, es la demanda principal que nos hacen llegar las líderes de las ollas comunes», declara Melendez.

Las ollas comunes son el pulmón principal de muchas personas en pandemia (FOTO: Manos a la Olla)

Además, asegura sólo existencia de ayuda complementaria, mas no principal. El 30 de abril del 2020, se publicó el Decreto Legislativo Nº 1472 que era emitir disposiciones a Qali Warma en servicio de atención alimentaria complementaria a personas en situación de vulnerabilidad, junto a municipios distritales y regionales. No obstante, a casi un año del decreto, la ayuda no prospera frente al trágico panorama para ellas y exigen considerarlas en primera línea.

Ollas en abandono

Fortunata Palomino de la Red de Ollas Comunes y Gianina Melendez de Manos a la Olla, coinciden en que los reclamos son válidos. Ellas han podido comprobar que definitivamente hay escasez de alimentos y «que sólo hay apoyo para la foto». También están de acuerdo en que el programa Qali Warma no realiza un seguimiento minucioso con los municipios sobre la situación de las ollas comunes.

«Cualquier apoyo será bienvenido, toda solidaridad por estos niños siempre será lo mejor», asegura Chávez. Interior del local construido durante el gobierno municipal de Luis Castañeda Lossio (Foto: CARETAS/Ernesto Astonitas)

Gianina Melendez confirma que -de las ollas comunes que su organización apoya en Lima Sur- solo el 40% recibieron víveres una sola vez, durante el 2020, y más del 50% no ha recibido nada. «Cuando se hizo la denuncia a la Defensoría del Pueblo, hubo una respuesta pero solo vinieron una vez, cuando el compromiso era que se brindaría ayuda durante tres meses consecutivos», señaló.

Puede comunicarse con los siguientes números para apoyar: 924 866 649, 923 959 167, 999 686 970, 979 494 414 (Foto: Cortesía)

En octubre del 2020, el entonces presidente Martin Vizcarra, aseguró que, con apoyo del MIDIS, Qali Warma apoyaría a 600 ollas comunes en Lima Metropolitana. Esto, según el Acuerdo de Concejo N°180 de la Municipalidad de Lima. Sin embargo, la distribución no fue eficiente a pesar de haber elaborado una base de datos. «Parece que no quieren ver a las ollas comunes, ellas siguen apoyando en la primera línea. Que se pongan la mano al pecho, estas mujeres también necesitan atención», enfatiza con energía Fortunata Palomino de la Red de Ollas Comunes.

«Todas las emprendedoras, gracias a Dios, aceptaron y apoyaron mucho a todas las mamitas, seguimos luchándolo cueste lo que cueste», dijo Chávez. El equipo ‘Las emprendedoras de 12 de Junio’ sigue adelante. (Foto: Cortesía)
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Tags: covid-19MidisOllas comunesQali Warma
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