Tras un nuevo atentado ocurrido en las instalaciones del campamento minero de Antapaccay, el viernes 20 de enero, la empresa ha decidido paralizar sus operaciones con la finalidad de resguardar la integridad física de sus trabajadores. “Ante estos hechos inaceptables y el riesgo que implica para nuestros trabajadores, la empresa anuncia la paralización temporal de sus operaciones”, se lee en un comunicado.
El documento también condena estos actos de violencia que se han repetido en varias ocasiones, en los últimos días. También exigen que se respete la propiedad privada y hacen un llamado a las autoridades a entablar un diálogo con las comunidades para poner fin a esta ola de violencia.
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“Condenamos enérgicamente estos actos de violencia, demandamos respeto a la integridad de personas y a la propiedad privada, e invocamos a las dirigencias sociales a dialogar con las autoridades nacionales para poner fin a la ola de violencia que sacude al país con un lamentable costo de vidas humanas”.
Al promediar el mediodía un grupo de vándalos de la provincia de Espinar llegaron nuevamente a las instalaciones de Antapaccay para destruir las maquinarias, quemar algunas zonas del campamento y saquear las pertenencias de los trabajadores.
Inmediatamente los equipos de Emergencia y de Seguridad controlaron los amagos de incendio ocasionado por los agresores y pusieron en resguardo a los empleados que se encuentran en la operación.
Entre las exigencias que solicitaban los pobladores era la paralización inmediata de operaciones y la emisión de un comunicado solicitando la renuncia de la Presidente de la República, Dina Boluarte.
Luego de cinco horas de invasión y violencia los manifestantes procedieron a abandonar el campamento.