Ante la reciente masacre ocurrida el domingo 23 de mayo, en el centro poblado de San Miguel del Ene, donde murieron 16 personas, entre ellos dos menores calcinados, a manos de los remanentes de Sendero Luminoso en una campaña de aniquilamiento denominada “limpieza social”, miembros de las Fuerzas Armadas han emprendido un operativo de búsqueda y captura con la finalidad de dar con los responsables de este horrendo crimen.
De acuerdo con el texto de los panfletos encontrados en el lugar del crimen, el objetivo de los asesinos no es otro que “limpiar al Vraem y al Perú de antros de mal vivir, de parásitos y corruptos” y convocar a un boicot en contra de las elecciones presidenciales.
Sin embargo, este no sería el único hecho de sangre y violencia ocurrido en los Valles de los ríos Apurímac, Ene y Mantaro (Vraem) este año. El 26 de marzo, una columna subversiva conformada por 20 terroristas al mando del “camarada Richard”, irrumpió en el centro poblado de Huarcatán, ubicado en la provincia ayacuchana de Huanta, donde asesinaron cobardemente a cuatro miembros de la familia Ccoriñaupa Curo, acusados de “soplones y de colaborar con la policía”.
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Semanas después —la noche del domingo 25 de abril—, John Mancilla Parra, conocido como el “gordo John” fue acribillado de varios disparos, junto a su esposa, en la puerta de su domicilio ubicado en el distrito de Pichari, provincia de La Convención, en Cusco.
En ese entonces, se supo que Mancilla Parra era un ex senderista arrepentido que desde el 2012 proporcionaba información a la Policía Nacional, permitiendo la liberación de decenas de personas secuestradas por las huestes al mando de los hermanos Quispe Palomino.

En lo que va del año, ya suman 22 las personas las que han perdido la vida, como un acto de venganza, en el Vraem a manos de narcoterroristas.
Según información policial, desde fines de octubre de 2020, los hermanos Quispe Palomino habrían ordenado al “camarada Antonio” ejecutar a “todos esos soplones que trabajaban o colaboran de alguna forma con las FF. AA, especialmente con la Dircote”. Esta orden sería una respuesta a las Fuerzas Armadas y la Policía Nacional que estuvieron a punto de capturar a Jorge Quispe Palomino alias “camarada Raúl” en la operación militar “Ojo de Águila”, en la que quedó mal herido.

El “camarada Antonio” es uno de los miembros más sanguinarios del comité Militarizado Partido Comunista del Perú (MPCP) del Vraem, quien habría reemplazado en el grupo terrorista al “camarada Alipio”, cuarto al mando en el comité del MPCP, después de los camaradas José, Olga y Raúl y responsable de varias columnas subversivas.
Otros crímenes en el Vraem
Durante los últimos años, los remanentes de Sendero Luminoso también conocido como MPCP han perpetrado viarios crímenes selectivos contra personas que también fueron acusadas de colaborar con las fuerzas del orden.

Ex camaradas asesinados
“Raulito” y “Luciano” eran dos ex senderistas desertores del MPCP, quienes eran informantes de la policía y actuaban como guías en el Vraem para captar más desertores de las columnas narcoterroristas al mando de los hermanos Quispe Palomino. El 4 de marzo de 2020, fueron asesinados en un ataque terrorista mientras se desplazaban al distrito de Canayre en la provincia de Huanta, Ayacucho, junto a efectivos de la Dirección Antidrogas. Se disponían a recoger a un grupo de elementos terroristas que habían desertado de la columna del “camarada Cirilo”.

Al llegar al centro poblado de Santa Rosa, en Canayre, el equipo mixto fue atacado con proyectiles de largo alcance en ambos lados de la carretera, originándose un enfrentamiento con las fuerzas del orden, donde resultaron muertos los informantes “Raulito” y “Luciano” y cuatro policías heridos.

Aniquilación familiar
Una columna de elementos senderistas al mando del “camarada Julio Chapo”, incursionó de forma violenta en el centro poblado de San Antonio de Carrizales y La Libertad de Mantaro, en el distrito de Santo Domingo de Acobamba, provincia de Huancayo, la mañana del 25 de agosto de 2018, para asesinar a la pareja de esposos Ireneo Camargo Paucar y Susana Ponce Valero junto a su hijo Teófanes Camargo Ponce. Luego de ser sacados a rastras de su domicilio, fueron ejecutados con disparos en la cabeza. Al parecer, el dirigente comunal Ireneo Camargo Páucar se habría negado a “colaborar” con las acciones subversivas ejecutadas por los Quispe Palomino.

“Julio Chapo”. identificado como Hugo Sixto Campos Córdova, mando senderista involucrado en la muerte de esta familia, también sería el responsable de más de una decena de crímenes. En la actualidad, Campos se encuentra cumpliendo prisión preventiva en espera de ser condenado.
Agente torturado
El triple crimen de la familia Camargo Ponce no fue el único ocurrido ese año en la zona de Santo Domingo de Acobamba.

Tres meses antes, el 16 de mayo, un profesor de San Antonio de Carrizales fue sacado a la fuerza de su centro de labores por un comando de aniquilamiento, con rumbo desconocido. Se trataba nada menos que del suboficial técnico de tercera del Ejército peruano Percy Pérez Escobar, quien cumplía labores de inteligencia con el objetivo de conocer los pasos de las columnas armadas de la organización terrorista, conformada por los hermanos Quispe Palomino, (camaradas “José” y “Raúl”), por la zona de Carrizales. Al día siguiente de su desaparición, un grupo de pobladores reportaron que a orillas del río Carrizales yacía un cuerpo semidesnudo, en posición cúbito ventral con punzadas de arma blanca, impactos de bala, con algunos miembros seccionados, los ojos destrozados y la lengua cortada. Los terroristas lo acusaron de ser un infiltrado del Ejército.
Comuneros ejecutados
Cipriano Calderón Pizarro y Rubén Alfaro Ventura eran dos autoridades campesinas del centro poblado de Huancamayo que fueron asesinados en marzo de 2015. Estos dos dirigentes campesinos fueron acusados, por los remanentes de Sendero Luminoso, de ser colaboradores de las FF.AA.