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Análisis de la Feria del Señor de los Milagros

Escribe Jaime de Rivero |El tradicional evento tuvo como triunfador a Andrés Roca Rey. Faltó la presencia del toro con edad, peso y trapío.

lunes 28 de noviembre del 2022
en Nacional
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Plaza de Toros: la mayor casta torera

El péndulo o pase cambiado en el inicio de faena de Roca Rey, al tercer toro del Puerto de San Lorenzo, al que le cortó las dos orejas en la corrida de cierre de la Feria del Señor de los Milagros. (Foto: VÍCTOR CH. VARGAS)

Concluyó la edición 75 de la Feria del Señor de los Milagros sin alcanzar el gran éxito que todos deseábamos. Los cuatro festejos llevaron más gente de lo habitual. La corrida de Roca Rey estuvo muy cerca de agotar las localidades y los toros regresaron a la televisión abierta. El ciclo demostró que hay afición a pesar del precio prohibitivo de las entradas, que debe ser corregido por la Sociedad de Beneficencia Pública de Lima, mediante una reforma integral de la licitación.

El ganado

Fue el punto negro por su defectuosa presentación. Abundó el toro chico, anovillado y sin trapío. No se lidió un solo encierro del mismo hierro y dos corridas se remendaron a último momento, mostrando que la empresa no tenía plan de contingencia. 

En cuanto a juego, funcionaron. De 18 reses, 16 embistieron en distinto grado. La mayor bravura la aportó el ganadero Aníbal Vázquez, destacando los toros “Algarrobo” de La Viña lidiado por Jesús Enrique Colombo y “Romero“ de El Olivar, desorejado por Antonio Ferrera.  

Por la muerte de cinco toros españoles durante el viaje, probablemente asfixiados por la negligencia de los supervisores, se lidiaron tres toros de San Pedro que cumplieron con las justas en presentación. Fueron sosos y desclasados, pero se movieron y a dos le cortaron una oreja.

El Juli y Andrés Roca Rey en hombros recibiendo la ovación. (Foto: VÍCTOR CH. VARGAS)

Los cuatro ejemplares de Juan Manuel Roca Rey no tuvieron trapío y dieron juego desigual, a dos les cortaron una oreja. Los tres españoles del Puerto de San Lorenzo y Ventana del Puerto, estuvieron justos en presentación y juego, destacando “Sabueso”, lidiado por Arturo Gilio.

Los toreros

Andrés Roca Rey reapareció en Acho convertido en la gran figura; estuvo por encima de su lote al que le cortó tres orejas, pero sin redondear una faena clamorosa.

Antonio Ferrera llegó decido a triunfar, estuvo inspirado y realizó la faena más emotiva de la feria con “Romero” de El Olivar.

El Juli demostró la maestría que lo mantienen casi 25 años en la cúspide del toreo. Con las ganas de un novillero, hizo frente a Roca Rey con la responsabilidad propia de las figuras, que deben justificarse todas las tardes. Desorejó a uno de la Ventana del Puerto y salió a hombros.

Se despidió de Acho Fernando Roca Rey, cumpliendo sobradamente la papeleta. Salió a hombros sin cortar dos orejas, como se hacía antiguamente con los grandes toreros. Justo homenaje a quien ha sido ídolo absoluto en el interior del Perú.

Emilio de Justo estuvo muy acertado, lidió con clase y oficio el mal lote que le correspondió y cortó una oreja. Joaquín Galdós estuvo valiente, artista y lidiador con uno de El Olivar al que le cortó un apéndice. El venezolano Jesús Enrique Colombo cumplió con su lote, pudo estar mejor con Algarrobo de La Viña que podía torearse con poder por abajo. Manuel Escribano poco pudo hacer con sus adversarios que solo sirvieron para que se luzca con las banderillas. Arturo Gilio tomó la alternativa y dejó muy grata impresión por su capacidad, inteligencia y buenas maneras. Estuvo acertado con dos oponentes distintos, de acuerdo a su bagaje.

Lidió y gustó. Mexicano Arturo Gilio estuvo por encima de su lote.(Foto: VÍCTOR CH. VARGAS)

Los premios

A mi juicio, las faenas de Ferrera, Roca Rey y El Juli que fueron premiadas con dos orejas, competían en forma pareja por el Escapulario de Oro.  El jurado oficial eligió ganador a Roca Rey, con una mayoría apabullante que no reflejó la diferencia entre ellas. 

El Escapulario de Plata debió recaer en el más bravo y este no lo fue el galardonado “Sabueso” del Puerto de San Lorenzo, desorejado por Roca, que prácticamente no fue picado y dio signos intermitentes de mansedumbre, sin perjuicio de la casta mostrada en la muleta, a la que embestía con una clase y codicia extraordinarias.  No debe olvidarse que la bravura se mide en el conjunto de la lidia y no solo en la muleta, como tampoco únicamente en la suerte de varas. El toro bravo debe serlo en los tres tercios. 

Se hizo bien en conceder los escapularios que son los premios oficiales y forman parte de la feria. Sería incongruente que una corrida aprobada por la autoridad, después de lidiada, resulte descalificada por quienes no tienen esa atribución y que con ello se perjudique a los toreros que arriesgaron su vida y triunfaron. Esto solo dañaría el prestigio de la feria. Ante hechos similares ocurridos en las ferias de 1958 y 1980, Manuel Solari Swayne se mostró a favor de entregarlos, opinando que o se suspendía la corrida o se premiaba sin restricciones con los trofeos en juego.

Las dos principales peñas, El Puntillazo y el Centro Taurino de Lima, que son ajenas a la organización de la feria, hicieron bien en declarar desierto sus premios y publicar comunicados que recogen el malestar de los aficionados por el ganado presentado.

La autoridad 

Pésima. Aprobó toros impresentables para una plaza de primera categoría, traicionando al público que debía defender. Cedió a la presión de la empresa, se excedió en algunos apéndices y ordenó la vuelta al ruedo de tres animales que no lo merecían a cabalidad. Tampoco ejerció autoridad en el callejón, en donde toreros y apoderados hicieron lo que quisieron.  

La experiencia histórica indica que la autoridad en Acho no puede continuar en manos de un municipio empobrecido, angurriento de impuestos y ajeno a lo taurino, que no cumple su función que es fiscalizar y defender los intereses del público.   

Toreros: Samuel Calderón, Rubén Núñez y Jorge Martínez, con Pablo Moreno Valenzuela. (FOTO: VÍCTOR CH. VARGAS).

La empresa

Falló nuevamente con lo principal, que es el ganado, el cual debió ser prioritario para una feria corta de tres festejos. No se pide el toro grande, sino uno con la edad y el trapío reglamentario, como el que lidian las figuras en Valencia, Zaragoza, Málaga o Logroño.

El mini abono es perjudicial porque menoscaba al abono. Las plazas más relevantes cuentan con un abono robusto que al reducir el riesgo empresarial, permite mayor número de corridas y mejores carteles, con variedad de toreros y encastes. Además, el abono preserva la personalidad de una plaza, controla al público de aluvión y hasta repercute en la concesión de orejas, porque el empresario no necesita presionar por triunfos para vender la siguiente corrida. 

La beneficencia y la próxima licitación

La Beneficencia debe internalizar que el arrendamiento que percibe de Acho, solo será sostenible en el tiempo con un producto de calidad y que debe tener un rol más activo en el control del espectáculo. Si el público deja de asistir a los toros, sus ingresos se extinguirán.

La forma de preservar Acho es brindando un espectáculo de calidad, con toros con edad, peso y trapío. Esto es difícil con un alquiler de 35% de los ingresos por venta, que no ocurre en ningún negocio. Este arrendamiento irracional y leonino fomenta la picaresca y la informalidad del empresario, que se ve obligado a sacrificar la calidad para reducir costos y no perder dinero.

Por ello, en la próxima licitación se debe abandonar el actual esquema cortoplacista enfocado exclusivamente en la recaudación y sustituirlo por uno que priorice la calidad como vehículo para aumentar el número de abonados y poder alcanzar ingresos similares para la Beneficencia en el tiempo. El ganador no debe ser quien más dinero ofrezca, sino el que mayor calidad garantice al menor precio posible de las entradas, con un alquiler a valor de mercado. Se puede complementar con proyectos de turismo de tradiciones y gastronomía en la plaza, para generar mayores ingresos durante todo el año y cubrir la brecha de lo que hoy percibe la Beneficencia.

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Tags: Jaime de RiveroPlaza de Toros
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