“Fado es una música que representa al pueblo portugués, es una música de raíz, de puertos, urbana también. Expresa los sentimientos de la vida, como el amor, la pasión”, dice la reconocida cantante portuguesa Mariza.
Contra lo que se piensa de la frialdad en el mundo de hoy, Mariza tiene una visión más amable al respecto: “El mundo está distraído, con mayor razón puesto que salimos de esta pandemia; ahora las personas buscan la verdad. Las personas están más solitas y la búsqueda profunda es muy intensa y la música que hago ayuda a que la gente se reencuentre”.
Mariza sabe de la responsabilidad que conlleva cantar la música representativa de su país, para quien “al mismo tiempo es un gran honor y más después de este periodo —pandemia—, porque lo canto ya no es Fado, sino soy yo. He experimentado un cambio en mi vida tras este tiempo de encierro y restricciones. Esta es una oportunidad de expresar mi mensaje. Sentir la energía de otras personas y dar un poco de la vida. Yo dejé de escuchar música en la pandemia. Quise entender lo que estaba pasando en el mundo. Quería saber qué era lo que estaba buscando. Todo esto lo entendí al volver a los escenarios. Pienso que el ser humano tiene las respuestas muy delante de nosotros”.
Y subraya:
“Piensas que la felicidad está en comprar un coche, zapatos, chaquetas. Y crees que estás en medio de la felicidad y de pronto te das cuenta —cuando todo se detiene— y te ves obligado a buscar lo que realmente importa”.

Escucharla, el susurro de las palabras, la tonalidad de la interpretación, hacen que más de uno piense en la importancia de la poesía en la obra de la artista.
“Sin las palabras es difícil, me entiendo con las palabras, me encanta la poesía. Cada vez que canto un poema que me gusta siento emociones diferentes”.
Además, cuando el público la ve en los escenarios, la conexión con la artista es inmediata. ¿A qué se debe ese secreto? Sobre ello, indica:
“Tiene que ver con una forma de estar en la vida, lo que ves en el escenario, soy yo. Soy muy real, muy transparente. En la música no hay forma de mentir”.
Escuchemos a Mariza.