Lo que a muchos diseñadores les cuesta años conseguir, como participar en la Semana de la Moda de Nueva York, a Elízabeth Muñoz le tomó siete desde que empezó su proyecto personal Elízabeth Muñoz Atelier.
“Este reconocimiento me estimula a seguir mejorando, con mayor razón porque muestro la riqueza textil peruana y el trabajo de las artesanas”, dice Elízabeth, quien también señala que “yo ya venía trabajando en diseño 10 años antes de empezar mi emprendimiento y siempre me interesaron los vestidos de novia”.
Pero detrás de este éxito, a Elízabeth la acompaña una luz permanente:
“Todo lo que hago está inspirado en mi madre, Elízabeth Paredes. Desde niña veía el cariño que le ponía en su máquina de coser a mis vestidos, a su atención en los mínimos detalles. Esto quiero hacer también: dar a los vestidos una personalidad propia”.
Elízabeth no tiene techo.