El economista Jorge González Izquierdo conversó con CARETAS respecto a la situación económica que atraviesa el país y cuáles son los factores más decisivos para la estabilización de la misma. También explicó que el diseño de la política económica es integral, es decir, no solo depende del Ministerio de Economía y Finanzas sino de decisiones tomadas en otras carteras como Producción, Trabajo, Cancillería, Energía y Minas entre otras. Asimismo, aseguró que se necesitan que las políticas económicas sean “orgánicas, estructuradas y coherentes”, y ello depende del trabajo intersectorial, comentando que, en ocasiones, los desacuerdos en el Consejo de Ministros se resuelven mediante votación.
González Izquierdo mostró su preocupación respecto al nivel de desempleo, especialmente al “nivel de empleo adecuado” que solo en Lima rondaría los 850, 000 puestos, según el Instituto Nacional de Estadística e Informática (INEI). “Estamos bien lejos de alcanzar lo que teníamos en el 2019 que no era para nada bueno”, remarcó.
Otro indicador económico que consterna al especialista es la inflación, que en junio llegó a 1.01%, lo que para los estándares peruanos, es una inflación alta. Esto se aceleró en mayo, junio y julio debido al alza del precio por los combustibles y electricidad, los alimentos y los transportes y comunicaciones.
Los factores que definirían esta alza de precios sería el aumento del dólar, que subió 15% en términos anuales – 12% de ese total se incrementó desde enero, explica el economista- viéndose visiblemente afectado desde la segunda vuelta electoral. El alza del dólar influye directa e indirectamente en el aumento del precio de los alimentos, la energía, entre otros productos y servicios.
Los factores climatológicos y el reajuste de los precios de servicios públicos como el agua y la luz, también “afectan directamente al bolsillo de la gente”, sostuvo. No obstante, estos últimos serían factores transitorios, mientras que el alza del dólar podría ser transitorio o permanente, dependiendo de cómo se resuelva la crisis política.
Asimismo, precisó que la inversión privada tiene un peso del 20% en nuestro Producto Bruto Interno (PBI), mientras que la inversión pública solo comprende del 6% al 7% del mismo. Por ello, señaló que el gobierno no puede ahuyentar la inversión privada ni reemplazarla con inversión pública, debido a que la primera crea empleos estables, mientras que la segunda, empleos temporales.