El primer partido de cuartos de final ha concluido con el pase a semifinales de Croacia.
Un equipo luchador, con mucho menos estrellas que Brasil, ha dado dura pelea de la canarin-ha, que se presentaba por antecedentes superior en técnica y táctica. Pero todos los partidos son distintos, cada juego tiene su historia y hoy los dirigidos por Tite han chocado y rebotado con una pared de entusiasmo, entereza y calidad con un Luca Modric inmenso, realmente inmenso, poniéndose el equipo al hombro y punto.
Brasil, no supo y no pudo porque el arquero croata estuvo en su noche también, sacando varias pelotas con destinos de gol, y solo cayo ante una extraordinaria jugada de Neymar, que puso el 1-0, que parecía lapidario para las huestes croatas.
Pero aquí vino la reacción, luchadores que se fueron al frente y lograron el empate muy sufrido, llegando al final del tiempo suplementario, con el marcador empatado.

Los penales, es historia repetida. Me da la impresión de que el primer penal de Brasil no podía patearlo ni Rodrygo, ni Antony, pues tenia gente mas de fuste para estas lides, pero tomó la decisión con el jugador del Real Madrid, y el resto es historia.
Brasil se vuelve a casa, Croacia –recordemos que es el subcampeón del mundo–, sigue en la lid, con un Modric que ha mostrado su talento intacto y en mi opinión, el mejor del Mundial, porque rodeado de estrellas de mediana lumbre, ha sabido ponerse a la altura de las circunstancias.
