(Publicado en CARETAS, edición impresa. 25 de julio/2020).
“Miguel está presente en mi corazón y en sus libros”, dice Mendis Inocente, que recibe a CARETAS en su casa de Chorrillos. La esposa del extraordinario escritor Miguel Gutiérrez no oculta la tranquilidad a razón de lo que presenció el pasado 13 de julio en las redes sociales, donde muchos escritores y lectores recordaron un año más la intempestiva partida de Gutiérrez, acaecida en 2016.
“Miguel tenía muchos planes narrativos, escribía en las madrugadas y si bien sus proyectos le demandaban mucho esfuerzo, jamás dejó de ser un apasionado de la lectura”, señala Mendis para luego precisar que “incluso leía con mucha atención lo que escribían escritores jóvenes como Julio Durán, Rafael Inocente, Martín Roldán y Richard Parra”.
La muerte de Miguel Gutiérrez no solo privó a la literatura peruana de un canónico autor en febril actividad, sino también de una imagen referencial para autores con trayectoria y en ciernes. No es para menos, la vida de Gutiérrez fue legendaria y polémica. Al respecto, Mendis indica que “la libertad que halló en la literatura estuvo por encima de su ideología”.
No es asunto menor esta precisión, puesto que Gutiérrez también fue atacado por cuestiones políticas. “Miguel perdió amigos por “La generación del 50”, torturado por el SIN, que no conforme con ello, también se llevaron todos los ejemplares de su libro”.

A Gutiérrez nunca se le probó militancia guerrillera con Sendero Luminoso, incluso “le escribió una carta a Abimael Guzmán, en la que criticó sus acciones y escribió también un prólogo para las sucesivas ediciones de “Generación” en donde marcaba distancia de las ideas de Sendero”, enfatiza Mendis, que no deja de reconocer lo importante que fueron Ricardo González Vigil y Mercedes González para su trayectoria.
“Ricardo creyó en el valor literario de Miguel tras leer “La violencia del tiempo” y Mercedes le brindó una casa editorial importante”.
Mendis subraya que “Miguel era sumamente distraído para las actividades ajenas a la escritura. Después de un año vio una carta de Carmen Balcells, en donde le decía que con mucho gusto esperaba una novela suya. Miguel no tenía vena para la autopromoción”. En lugar de desanimarse ante la oportunidad perdida, Gutiérrez siguió en sus proyectos con el ahínco de costumbre.
“Miguel era un apasionado. No le gustaban los lujos, le gustaba vivir con lo necesario y cuando compraba libros era como un niño con juguetes nuevos”.
Basta ver la biblioteca de Gutiérrez para firmar su amor irrefrenable por la lectura. “Miguel siempre quiso apoyar a los escritores jóvenes y de provincia”. Y esa oportunidad llegó a fines de 2012, cuando un lector anónimo recomendó “El viejo saurio se retira” para el Plan Lector del Ministerio de Educación.
“El Ministerio compró 55 mil ejemplares y Miguel mandó a construir esta casa para que sirva de residencia para que escritores de provincia escriban sus libros, para que dicte talleres y se reúna con sus amigos y lectores que siempre lo buscaban”.
Te extrañamos, Miguel.