El pasado martes 12, se llevó a cabo en el local de la Asociación de Artistas y Aficionados (AAA) del Centro Histórico un homenaje a la figura y legado del imprescindible actor y dramaturgo peruano Ricardo Roca Rey (1920 – 1985).
Cerca de 60 personas se dieron cita al evento, que contó con la participación de Ximena Arroyo (directora de la AAA), Ricardo Roca Rey Cisneros (hijo de RRR), Silvia Vallini (directora del Istituto Italiano di Cultura), el reconocido actor Blas Roca Rey y Federico Solari.
El espacio designado para el homenaje fue la sala de teatro que lleva el nombre de precisamente el homenajeado.
¿Confluencia del azar? o ¿simple coincidencia?
Como fuere.
Porque lo que en verdad importa es que el homenaje tuvo no pocos destellos epifánicos para el público interesado en la cultura y, en especial, en la difusión del teatro. Es justamente la difusión de las artes escénicas uno de los objetivos que impulsó en vida Ricardo Roca Rey, propósito que fue subrayado durante la intervención de su hijo Ricardo, en cuya exposición sobre la trayectoria de su padre brindó más de un elemento para mantener presente su memoria: condecorado más de una vez por el Estado (incluso uno de sus principales premios lleva su nombre: Premio Nacional de Dirección Teatral Ricardo Roca Rey), formador de actores hoy leyendas de la actuación peruana, como Ricardo Blume, Saby Kamalich, Betty Missiego, entre otros; hacedor de legendarios catedralicios autos sacramentales —El gran teatro del mundo de Calderón de la Barca en la Catedral de Lima— de 1950 a 1972, también fue designado Personalidad Meritoria de la Cultura peruana en 2021 por el Estado a razón de los cien años de su nacimiento y muchos lo recuerdan —en onda con la identificación popular— como uno de los primeros directores de programas de televisión en el país.

Ximena Arroyo (directora de la AAA), Ricardo Roca Rey Cisneros (hijo de RRR), Silvia Vallini (directora del Istituto Italiano di Cultura), el reconocido actor Blas Roca Rey y Federico Solari. (FOTO: GRO).
Los reconocimientos a la labor de Roca Rey son más, sin duda, pero el homenaje no solo fue a su trayectoria, sino que mediante el mismo se tiene el propósito de relanzar la AAA como uno de los principales atractivos culturales de Lima y espacio llamado a ser protagónico para el circuito cultural del Centro Histórico.
“Este homenaje es para una persona como Ricardo, quien nos dio tanto con su ejemplo de vida, dedicación y entrega a la cultura y el teatro. La Asociación de Artistas y Aficionados era su segunda casa y hay que relanzarla con este homenaje, el verdadero: el regreso de la AAA”, dice Federico Solari a CARETAS.
Razones no faltan. El programa de actividades de la AAA —que cuenta con una recomendable cafetería con una vista privilegiada de un remozado Jr. Ica— anuncia una reactivación a la caza de aquellos años en los que la AAA era una pascana obligada para todo transeúnte del centro, tiempos para reconfigurarlos a los de hoy, marcados por los desafíos y sacrificios, a los que hay que enfrentar con un profundo amor por las artes y el teatro, como lo hubiese hecho Ricardo Roca Rey.