Carlos Canales (Huamanga, 1961) ha sido elegido alcalde de Miraflores por una respetable mayoría. Es un abogado de profesión que hizo su maestría en Defensa y Desarrollo Nacional en el CAEN, posteriormente estudió un posgrado en la Universidad del Pacifico y Planeamiento estratégico de Turismo en la Universidad Alcalá de Henares. Es un dinámico profesional que sabe muy bien el problema de aquí y de ahora. Digamos que está en las antípodas de nuestros políticos tradicionales. A su favor, se podría decir que no está de acuerdo con su amigo Rafael López Aliaga, pues considera que el LUM no debería estar en manos de las Fuerzas Armadas del Perú.
Lo entrevistamos para saber sus planes de relanzar a Miraflores como distrito cultural luego de que la pandemia —Castillo y lo que vino después— desembocaran en el despeñadero actual.
—¿Qué actividades desarrollaba antes de asumir la alcaldía de Miraflores?
Tengo más de 30 años de trabajo aportando al desarrollo del sector turismo en el Perú. Soy empresario, abogado y he presidido la Cámara Nacional de Turismo (Canatur) por seis periodos. En el rubro turístico, también he presidido el Buró de Lima y la Federación Sudamericana de Turismo (Fedesud).
—¿Cómo se produjo su aproximación a la política y cómo tomó su decisión de inscribirse en Renovación Popular?
He participado en la elaboración del plan de gobierno de Renovación Popular; soy un técnico que ingresó a la política para hacer cosas. Me convocaron para hacer el plan de gobierno de la candidatura presidencial y luego para las elecciones municipales. Soy socialcristiano, creo en la libre empresa y el libre mercado, y por eso hay una identificación con las políticas de Rafael López Aliaga, de quien soy amigo hace 25 años.
—Usted fue el único candidato a la alcaldía de Miraflores que más incidió en la importancia de la cultura para el desarrollo durante su campaña. En un país donde se suele pensar erróneamente que la cultura no da votos, ¿qué lo motivó a mostrar esa preocupación?
El turismo, que ha sido mi ocupación principal, abarca todas las expresiones culturales de nuestro país. El Perú es un país de extraordinaria riqueza pluricultural y Miraflores es la mayor expresión de culturalidad en Lima, porque tiene museos, parques, zonas de exposición y una cultura viva a través de la oferta que hacen pintores, artesanos, arquitectos y profesionales del rubro gastronómico entre muchos otros creativos.
La motivación por la cultura está íntimamente ligada a mi experiencia en Canatur. Los años invertidos allí me permitieron entender la importancia de la cultura y el turismo en el desarrollo de las personas y su entorno, lo cual va más allá de la sola experimentación y convivencia, puesto que se traduce en un generador de oportunidades de empleo y crecimiento económico.
—En sus primeras entrevistas, usted habló sobre un plan cultural, comprendiendo perfectamente la relación entre la promoción cultural y el auge del distrito en múltiples aspectos, incluyendo el turístico. ¿Cuáles son los planes realizables en este sector?
Lo primero que queremos es culminar el censo de artistas miraflorinos para conocer la potencialidad que tenemos como distrito. Asimismo, tenemos programado un encuentro con grupos y colectivos de diversas disciplinas artísticas para promover alianzas y generar oportunidades que permitan mostrar nuestro gran movimiento cultural como parte de la oferta turística de nuestro distrito. La expresión cultural de Miraflores se muestra a partir del protagonismo de nuestros artistas, para ello promoveremos espacios de participación donde se plasme la política cultural de nuestra gestión. A la fecha hemos podido identificar más de 300 artistas miraflorinos en diferentes ramas.

—Los alcaldes que sucedieron a Alberto Andrade en Miraflores han soslayado la trascendencia de la cultura y han escatimado presupuesto para darle importancia a otros aspectos políticamente más rentables. ¿No es esta una falsa dicotomía? ¿La Municipalidad no debe atender por igual a lo cultural, entendido en su sentido más amplio, y a lo social —que están absolutamente interrelacionados— sin tener un cálculo político para el futuro?
No somos políticos, somos técnicos que sabemos que tenemos el distrito más turístico del país, y la cultura es parte intrínseca del turismo, obviamente creemos que hay que promoverla y fusionarla para darle contenidos a la oferta turística de una ciudad como Lima. Y qué mejor que Miraflores, que tiene una serie de colectivos que desarrollan sus actividades culturales en el distrito. Debemos tener en cuenta que la cultura, el turismo, el deporte y la educación son ejes fundamentales para el desarrollo humano, por lo que dejar de lado uno de ellos no permitiría un desarrollo integral.
—Las obras más importantes de Luis Molina fueron la recuperación parcial del mural de Ricardo Wiesse en la Vía Expresa y la creación del PLAM. Es su legado más importante. ¿Cuál piensa que será el suyo en este campo?
Nos hemos planteado crear y desarrollar una agenda cultural diaria para cinco o seis espacios públicos que pertenezcan a la Municipalidad, sean estos abiertos o cerrados, así como estrechar alianzas con los centros culturales que existen en el distrito. Como parte del legado que me gustaría dejar en Miraflores, es una convivencia y encuentro natural del vecino y el visitante, con la cultura, traducida en el acceso a los múltiples espacios del distrito así como una mayor comprensión de la importancia de la cultura en nuestra vida diaria.
—El PLAM ha sido creado sin una correcta planificación para la totalidad del Palacio Municipal. ¿No sería más orgánico crear un Museo de Arte Moderno para Miraflores? Este fue el sueño de Luis Miró Quesada Garland, el arquitecto creador del edificio municipal miraflorino. Crear un MACM(iraflores) sería absolutamente posible previo acondicionamiento de la totalidad del local y sería el mejor destino para una arquitectura emblemática.
A eso apuntamos. Toda la casa que actualmente se conoce como el Palacio Municipal debe ser el centro de arte y cultura de Miraflores, como es por ejemplo el Palacio de Bellas Artes en Coral Gables (Miami, Florida). Esto debería ser un palacio cultural y también ser útil para ceremonias y eventos protocolares. Para todas las demás actividades de la Municipalidad tendremos el palacio administrativo.
—Con todo respeto, pero no estamos en Coral Gables y el término de Palacio es decimonónico. Miraflores es una urbe contemporánea y merece un Museo y no un Palacio que corresponde a otro tiempo. De otro lado, el PLAM, tal como está configurado debería de albergar muestras simultáneas para tener mayor dinamismo. Debe ser más eficiente y dividir por ejemplo en salas independientes como en un museo. ¿Me podría dar su opinión sobre el tema?
La idea es contar con dos salas y, hasta que recuperemos el edificio en su totalidad, la intención es que todo el complejo del Palacio Municipal tenga a futuro diversos espacios. Se mantendrá el salón Consistorial y el despacho de la alcaldía para eventos protocolares, pero todo el edificio será utilizado para exposiciones permanentes de arte.
En realidad se pueden contar con dos espacios grandes y uno más pequeño, de transición. De esta manera se podría otorgar un extraordinario dinamismo al espacio y brindar ofertas simultáneas. Vivimos en un ambiente en el cual nos faltan galerías en relación a la gran cantidad de artistas que tenemos. Considero además que al otro espacio grande se le debería nombrar “Juan Acha”, el notable miraflorino que más ha contribuido a la comprensión del arte contemporáneo en el Perú y el mundo. De esta manera, la Municipalidad de Miraflores rendiría homenaje a dos grandes intelectuales peruanos: Luis Miró Quesada Garland y Juan Acha. Le dejo la sugerencia para su posterior análisis.
—Los miraflorinos estamos muy atentos a la labor del alcalde, lo cual es muy saludable, pero puede haber aspectos nocivos en cuanto a la toma de decisiones. Algunos vecinos, por ejemplo, pueden vetar actividades que atenten contras sus convicciones mientras que otros son muy liberales y no aceptan la censura. Vivimos en este conglomerado que queremos mejorar para el futuro. ¿Cómo promover la cultura en un medio de convicciones fragmentadas?
La clave es lograr vivir en armonía. Nosotros creemos en los derechos de todos. Miraflores es el distrito más pluricultural y el más inclusivo en el que se respetan todo tipo de pensamientos y creencias. En Miraflores no tenemos sesgos contra nadie, en ningún aspecto y creemos que debemos tener la mayor apertura posible. Cuando tienes un distrito tan cosmopolita estamos obligados a recibir y comprender a quienes vienen a Miraflores, como turista extranjero, como trabajador o como visitante local, pero siempre respetando el derecho de los demás. Yo creo en la libertad sin libertinaje.
—He visto casos que han pasado desapercibidos como la memorable procesión de Susy Díaz por Larco. Sin embargo, cuando hay algo más directo como una exposición curada por un teólogo que mostraba a un Cristo desnudo causó revuelo. ¿Qué hacer en estos casos?
Este es un tema que tiene que ver con la educación. Tenemos que promover la tolerancia y el respeto al derecho de los demás. Mientras lo que hace uno no sea invasivo y no vulnere los derechos de otro, incluyendo la libertad de culto, no tendremos problema. Acá haremos valer el respeto a la creatividad, teniendo el artista la libertad de su propia expresión.

—Usted ha nombrado a Rosario Shinki como gerenta de Cultura y Turismo. Es una economista muy eficiente que sabe del manejo de la cosa pública y además comprende muy bien de arte, particularmente de artes visuales. ¿Cuáles son las tareas que le han sido encomendadas?
La señora Shinki está abocada a la planificación y ejecución de lo propuesto en mi plan de gobierno para el distrito, que apunta a posicionar a Miraflores como el centro de la actividad cultural del país.
Somos el distrito con mayor demanda turística de Lima, gozamos de la costa y sus playas, malecones y parques, donde los visitantes pueden hacer actividades al aire libre. El turismo cultural se ampliará con la participación de un voluntariado, aspecto que estamos conversando con instituciones que aporten en ese sentido. Queremos crear un espacio que albergue conciertos, festivales y otros eventos con gran capacidad de público de manera constante y sostenida.
Asimismo, somos el distrito con la mayor cantidad de galerías de arte, al contar con un aproximado de 22, entre públicas y privadas. Queremos acercar estos espacios a visitantes y residentes a través de tours guiados y otras acciones. Es un abanico de oportunidades que tenemos en cartera para desarrollar.
—¿Va a trabajar con algún urbanista? En Larco se produce una monumental polución visual cuando se incorporan paneles con el pretexto de la divulgación artística. En el ingreso a la sala Luis Miro Quesada Garland hay un vergonzoso panel luminoso que se supone debería estar prohibido. En la plazoleta hay dos paneles más y un banner gigantesco que atenta contra la arquitectura de un edificio histórico. El centro de Miraflores se está tugurizando y hay que ponerle remedio a tiempo. ¿Qué puede hacer para evitar estos excesos?
Depende de la visión que se tenga respecto a una zona cultural. Tenemos planes para convertir esta zona en un Times Square, Picadilly Circus o un Trafalgar Square, que son espacios con avisos luminosos como una expresión del arte y la cultura y no solo para poner publicidad. Ahí se pueden poner videos, fotos, campañas. Estos son espacios de interacción cultural, todos con expresiones artísticas y con un aporte comercial para que sea sostenible.
Sobre el aviso en la sala Miró Quesada, no lo veo mal. El contraste entre lo moderno y lo clásico puede ser atractivo también. ¿Por qué, no?
—Larco no es ni será Times Square. Un profesional capacitado puede evitar el caos para evitar la tugurización de una avenida cada vez más insufrible por el tráfico. Es impostergable hacer más amable el recorrido peatonal.
Respetamos todos los puntos de vista, de uno y otro lado, de tal forma que vamos a analizar la intervención que realizaremos a futuro para que la decisión que se tome sea la mejor y que beneficie a los vecinos.